Tengo esa humilde
carga,
del dolor
que parte en cuatro,
este envase,
tengo ese pequeño dolor,
entrañable, sustituible,
pero inolvidable,
de nada vale,
ya lo se,
de nada,
solo se que es mío,
solo mío,
y en silencio
guardo el respeto necesario,
por los dolores
de otros,
los silencios,
ese andar sin premura,
como usted bien sabe,
es la pena,
solamente la pena,
que no se si cerrará
algún día,esa pena,
y pueda llenarla
con una inmensa alegría,
que me hace falta;
hace tanto
que tropecé, en la escalera,
hace tanto que no amo,
a ese hombre,que se fue
en silencio,sin palabras,
misterioso personaje
que no entendí jamas,
hay millones de seres
que así, deben sentirse,
y comparto,
es pena,solo eso!
6 comentarios:
Compartir no es fácil, ni penas ni alegrías.
"Tengo la pena de una sola pena que vale más que toda la alegría..." dijo Miguel Hernández.
Invierte los términos Lidia, tú puedes.
Un beso.
Gracias por compartirlas, tal vez de esa manera, la carga se haga menos pesada, a mi me pasa que necesito soltarla, tal vez no sea justa, pues nadie debe de cargar con las penas de nadie, pero en cierta manera ayuda saber que no eres tu unicamente quien la posee.
Besos
La carga emocional de la melancolia nos encadena al no entender, aun cuando comprendamos...
Excelente poema.
Un saludo Lidia
Vales mucho para sentir esa pena,
Besos.
Opino que está bien sentir esas penas... pero en función de tus emociones debes conocer si vale la pena o no caminar con ellas. Hay que distinguir el presente absoluto, las fotos fijas del pasado y ese futuro inmediato que lo forjas en función de la esencia del presente.
El contenido del poema. Excelente.
Un abrazo.
Caminar sin final por la pena no engendra sino amargura.
Lidia tú eres fuerte y vital, puedes caminar por la alegría aunque sea de puntillas.
Un beso, amiga.
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