La luna coquetea y flirtea con mis ojos ocultos.
Con su luz me transmite el deseo
cada segundo siento su aliento en mi interior,
las sensaciones internas me levantan la libido del deseo
haciéndome padecer en esta noche solitaria.
Solitario con un pensamiento definido cuento las horas
sin saber nada del señor sueño.
sin saber nada del señor sueño.
La mente es un ir y venir en la autopista del pensamiento
donde las ideas circulan sin pagar peaje.
Se acerca el alba,
la madrugada de un nuevo día
las soluciones se convierten en dudas
alejándose en varios intervalos.
La luna ya no coquetea se esconde dejando el sol de la mañana
mi vida sigue sin sentido y yo aquí esperando un instante conocido
que se alié con mi esperanzas.
1 comentario:
Leo tu texto y me resulta tan conocido como lo puede ser a alguien que de vez en cuando "goza" de insomnios en noches de lunas en las que todo sentimiento se intensifica y puedo hacer infinitos repasos a dudas, certezas, deseos, sueños y recuerdos.
Cuando la luna deje de coquetear, caprichosa, con tu mente, saluda al sol y deja que te envuelva en su dulce luz...
Un beso y mi bienvenida a ésta tu casa desde hoy.
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