12 de diciembre de 2010

Llena de mi


Me acerqué a la fuente,
Se reflejó mi imagen
Y fui, fui tantas veces
Que, aun bien no llegaba
Toda mi imagen
Reflejaba el agua.
Y volví,
Volví tantas veces
Que cuando marchaba,
Quedaba mi imagen
Disuelta en el agua.
Llegaste tú
Calmaste la sed, y bebiste
Bebiste mi imagen
Disuelta en el agua,
Y has vuelto a beber
Y así, te llenaste toda de mi,
Llena de mi y un poco de agua
Y estuve tan cerca de ti
¡Más cerca de ti
Que cerca del agua!
¡mas no me conoces!
Pues, para beber
 bajas la mirada,
y cuando la alzaste,
o la alzaste poco
o yo ya no estaba.
Si alguna vez, te miras
Dentro, y ves
Aquella imagen
Que te aportó el agua,
¡si hablas de mí
Baja la mirada!






4 comentarios:

María dijo...

Espero que quien beba del agua levante la mirada y comprenda que en realidad lo que allí se reflejaba era solo una imagen y que en realidad él nunca estuvo allí... será mucho mejor así para calmar la sed.
Hermosísimo poema.
Como siempre es un placer leerte y sentirte, Andrés.

El Sentir de los Poetas dijo...

Este magnífico lugar se llena de amor y poesía con tus letras, Andrés.
A veces la luz reflejada en la superficie del agua juega malas pasadas y se cree ver lo que nunca hubo.
Felicidades y mi reconocimiento y respeto siempre.
Un beso.

María dijo...

Interesante y hermoso poema, ha sido un placer leerte.

Besos

STARLIGHT dijo...

Hermoso poema, es todo un gusto leerte