El fracaso es un trago
que sabe aún más amargo
cuando se opone a lo esperado
cuando equivocas,
el camino trazado,
cuando elegir la tangente
o cualquier atajo,
para hallar lo nunca hallado
lo siempre deseado.
Borrón y cuenta nueva
empezar de cero
subir de nuevo la pendiente,
por la que has rodado.
¿Quién alguna vez no se ha equivocado?
qué modere el gesto,
quien este libre de pecado,
quien alguna vez,
no haya tropezado
quien en su caminar,
con el duro asfalto de la existencia
no se haya empapado.
Y sin perder momento
solo contando con el tiento
volver a dar pasos,
sin dar ocasión
a lamentos que hablen
de heridas ni desperfectos,
que el seguro que suscribimos,
no es a todo riesgo.
Vuelta a caminar,
vuelta a estar preparados,
que para dar paso atrás,
...no llevo calzado.
Elizabetta
Agosto de 2010
4 comentarios:
No se quien dijo: Un corazón sin cicatrices es un corazón que no ha vivido.
Las cicatrices como las arrugas al fin son hermosas rosas, petalos y espinas, de la vida...
Sangran, supuran y al final cierra una cicatriz la herida.
Imperfecto este mundo
que busca la perfección,
si fuera perfecto
seguro que aburrido...
Al final la alcanza
-la perfección-
cuando se arropa
en la tierra santa...
Y una lapida le tapa.
Un abrazo Elizabetta
De los errores aprendemos y nos hacemos más fuertes.
Siempre me gustó estar instalada en la duda y caminar de nuevo aunque al principio duela.
La perfección sería aburidísima (creo).
Un placer, Elizabetta.
El tiempo calma las heridas, siguen doliendo, pero dejan de sangrar.
Tu poema, como siempre espléndido, Elizabetta.
Un beso
Ángel, Sentir, María...gracias por vuestras apreciaciones a mi escrito...
Ángel ..será entonces, quizá entonces..
Sentir...cierto, y pobre de aquel que no lo haga..
María....gracias, y mil veces gracias..
Mil besos y un abrazo para cada uno de vosotros.
Elizabetta
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