3 de diciembre de 2010

Amor obcecado

 
 
Amanecí con un deseo en mi corazón, que dirige mi errante camino.
Un delirio de exquisito gusto, que es dibujar un retrato tuyo.

Prepare una cartulina fijándola en el tablero, pensé en forjarla en óleo al pastel.
Trazando directo en ella tu rostro, sin concretar un trazo acorde con el.

Pase a la carbonilla como otra opción y tomando mucho cuidado al hacer.
Un trazo suave no marcando mucho, pero fue imposible hacerlo así.

Finalmente me dije como derrotado, la acuarela será mi último intento.
Pero lo único que pude realizar en que solo una mancha pude lograr.

Intente casi todas las opciones posibles en el arte de lograr una pintura.
Cuando me di cuenta que inútil fue el esfuerzo de una replica, teniendo en forma continua “EL ORIGINAL”.



 








7 comentarios:

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

Robi
Te has superado a ti mismo , en esta magnífica entrada en donde ninguna pintura puede superar al objeto pintado de forma espcial si es una mujer , paralelismo en que solo gana lo que tiene que ganar
¡Felicidades!

STARLIGHT dijo...

No puedo replicar tu escencia,
ni tu forma de amar,
me siento como en la adolecencia,
y sin ti me he de desesperar.

Bello poema

Elizabetta Puig dijo...

Robi querido...tu si has podido plasmar la esencia de tus emociones en tu escrito...Es una belleza....

Un saludo
Elizabetta

Ángel Saguar dijo...

Hermoso, muy hermoso poema.
Derroche de ternura y sensibilidad en vestido de gala.

Un abrazo Robi

El Sentir de los Poetas dijo...

Qué mejor pintura que la que nuestro corazón hace de la persona amada.
Su rostro, sus gestos, su cadencia al hablar o caminar sólo puede estar impresa en nuestros sentidos desde el amor y la realidad.
Hermoso poema Robi.
Un beso.

Anónimo dijo...

Querido Robi, que bello tu poema, cuando la figura esta pintada en el alma es difil superarla, es una delicia leerte, te felicito por tus bellas letras cargadas de sentimeintos.
besitos para ti, que Dios te bendiga.

Prudencio Hernández Jr. dijo...

Las pinturas en el alma son irreproducibles