Que el diablo nunca duerme es de sobra conocido
temporal levanta con sus idas y venidas
por entre los pecadores de las avenidas
de este vil mundo por los vientos del mal mecido.
No perdona deuda alguna de hecho acaecido
entona las faltas en cuenta por él tenidas,
sin piedad pasa lista a las almas escondidas…
...ya viene de camino, el castigo merecido.
Y no escuchará ni rezos, ni ruegos , ni llantos,
muy fácil fue dejarse llevar por sus palabras
que entregaban todo lo que rogaban los cantos,
que al dios de los infiernos pedían sin espantos...
como libres atraviesan los montes las cabras,
...sin esperar que sus pieles luzcan como mantos.
Elizabetta
Dic de 2010
temporal levanta con sus idas y venidas
por entre los pecadores de las avenidas
de este vil mundo por los vientos del mal mecido.
No perdona deuda alguna de hecho acaecido
entona las faltas en cuenta por él tenidas,
sin piedad pasa lista a las almas escondidas…
...ya viene de camino, el castigo merecido.
Y no escuchará ni rezos, ni ruegos , ni llantos,
muy fácil fue dejarse llevar por sus palabras
que entregaban todo lo que rogaban los cantos,
que al dios de los infiernos pedían sin espantos...
como libres atraviesan los montes las cabras,
...sin esperar que sus pieles luzcan como mantos.
Elizabetta
Dic de 2010
3 comentarios:
Estupendo soneto, Elizabetta.
Los pasos que resuenan como ecos en el camino de vuelta para cobro de esas terribles facturas, perturban y atemorizan.
Un beso.
Una lista negra en la que entran quienes?
Cobrar facturas de hechos acaecidos en el paso... preferiría no tener ese temor.
Precioso poema, como siempre, Elizabetta.
Un beso.
La envidia
El egoismo
La hipocresia
La vanidad
El egocentrismo
La prepotencia
La posesión
Y se podrian añadir unos cuantos más...
Pero al final siempre surge la libertad
y las listas negras terminan engullendose
a si mismas y se reducen a cenizas
de una mala lumbre de las noches de tormenta
Y reluce el sol y la paz vuelve a reinar
en los montes y en los valles
en los mares y en los oceanos.
Un abrazo Elizabetta
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