2 de febrero de 2011

Muerte, acompañante fiel

 


No siempre
el silencio
es paz.
No siempre
paz,
es silencio.
De mis 
ojos
ruedan lágrimas
serenos
hilos
de plata,
de la luna
solo veo
mi propia
sombra
marchando
tras 
aquél 
féretro
nimbeo
de 
mis 
penas
 y mis
ilusiones vanas.
La vida
me 
quitó todo,
dime 
pronto:
¿sabes 
hoy,
por quién
doblan
las campanas?

 
De:  María de Lourdes Barsallo J. 
Panamá.





5 comentarios:

STARLIGHT dijo...

Doblan por un alma caida,
que en Dios nunca creyo,
aquella que desperdicio su vida
en cosas vanas que el tiempo destruyo.

Buena reflexion

María dijo...

A veces doblan por un ser que sefue en amargura y otras por quien se marchó en paz, espero que sea cual fuere la partida, esta vez, el silencio se convierta en paz.
Un beso María Lourdes.

Ángel Saguar dijo...

Sencillos, melancolicos, hermosos versos.

Un saludo

María dijo...

Oh, start, que bella reflexión.
Estimada María, dicen que cuando alguien parte, por quien lloramos es por nosotros mismos, por nuestra orfandad. Entonces, buscar la paz es el camino, cierto que sí María.
Angel, gracias por tan gentil expresión, siendo tan buen poeta, es todo un elogio. A todos, Gracias.

Elizabetta Puig dijo...

Cuando no queda nada....y más que vivir...somos muertos en vida....
Me encantó..
Mis saludos

Elizabetta