Hace
treinta años.
Caminando por la playa
una noche fría y serena
dejaban huellas pérdidas
mis pasos sobre la arena.
una noche fría y serena
dejaban huellas pérdidas
mis pasos sobre la arena.
Como todos los viernes allí estaba, en el lugar que nos
despedimos, en el lugar que aquel fatídico viernes me contaste que el diagnóstico
del médico sobre tu salud había sido desastroso. Me lo explicaste con tal
naturalidad que creí que bromeabas.
Estaba mi alma tan triste
tan exuberante de pena,
que tú para mí escribiste
estos versos en la arena
tan exuberante de pena,
que tú para mí escribiste
estos versos en la arena
No estés triste vida mía,
no quiero que sientas pena.
Que la vida es hermosa,
y nuestra alma eterna.
no quiero que sientas pena.
Que la vida es hermosa,
y nuestra alma eterna.
De regreso a mi casa,
la noche de estrellas llena,
unas huellas junto a las mías
surgían sobre la arena.
la noche de estrellas llena,
unas huellas junto a las mías
surgían sobre la arena.
henchida de recuerdos,
recuerdos que se diluyen
y se funden con los sueños.
De tormentas y vendavales,
de relámpagos y truenos,
de sueños sin despertar
y despertares sin sueños
de relámpagos y truenos,
de sueños sin despertar
y despertares sin sueños
sin temores y sin miedos.
Donde subo a la gloria.
Donde bajo a los infiernos.
Donde solos, tú y yo
cruzamos nuestros aceros
y negociamos la paz
y pactamos los términos.
cruzamos nuestros aceros
y negociamos la paz
y pactamos los términos.
si luchamos para entendernos.
Tal
vez. Versos sueltos
se hunde y languidece,
oscuras nubes sombrías
invaden el firmamento.
La lluvia con fuerza arrecia,
a ráfagas sopla el viento.
Cabalga la más temida,
la invencible, la indomable.
Su mirada vacua y fría,
despiadada, imparable.
Enarbola su guadaña,
afilado estandarte.
la invencible, la indomable.
Su mirada vacua y fría,
despiadada, imparable.
Enarbola su guadaña,
afilado estandarte.
Y estalla la tormenta,
la dama entra en la calle.
Descabalga ante mi puerta
su negra melena al aire.
Desde aquí parece atractiva,
Sonríe; es elegante.
la dama entra en la calle.
Descabalga ante mi puerta
su negra melena al aire.
Desde aquí parece atractiva,
Sonríe; es elegante.
Tal vez, venga a buscarme.
Ahora…
Versos sueltos
no la busco en los rincones,
ni me encuentro en los cajones
mi estúpida melancolía.
vagan en la eterna lejanía,
Y una primavera impía
enardece mis pasiones.
Ahora que mi alma de vacaciones
en tu cuerpo de poesía,
se pierde entre sus renglones.
en tu cuerpo de poesía,
se pierde entre sus renglones.
En ti nacen mis ilusiones.
Me alegro con tu alegría.
Te amo, sin condiciones.
Me alegro con tu alegría.
Te amo, sin condiciones.
Momentos.
Versos sueltos
perdido entre recuerdos,
de ilusiones y de esperanzas.
De equívocos y desaciertos,
de juegos, de primaveras,
de piratas y vaqueros.
De héroes y heroínas,
de gritos; de silencios.
y vivías en mis sueños.
Como la luz me envolvías
elevándome a los cielos.
Días de lunas llenas,
noches de soles intensos.
Tiempo de lluvias,
tiempo de momentos.
Momentos que nunca olvidas
porque son sentimientos.
Principio.
Versos sueltos
Sublime y maravilloso momento,
ingenua y divina singularidad,
nacida de afortunada casualidad,
pirueta entre el error y el acierto.
ingenua y divina singularidad,
nacida de afortunada casualidad,
pirueta entre el error y el acierto.
Complejo y extraño laberinto,
partícula perdida en la inmensidad.
Fugaz y luminosa oscuridad,
espacio delicado e incierto.
partícula perdida en la inmensidad.
Fugaz y luminosa oscuridad,
espacio delicado e incierto.
Cerrado habitáculo secreto,
necia y sofisticada ubicuidad,
amalgama de bondad y maldad,
capaz de amar, mágico talento.
necia y sofisticada ubicuidad,
amalgama de bondad y maldad,
capaz de amar, mágico talento.
Silencio.
Versos sueltos
tus ímpetus vanidosos.
Que no quiero oír
tus bramidos lastimosos.
tus bailes sobre mis tejados.
Que no quiero oír
tus vertiginosos pasos
sonajeros metálicos.
Que no quiero oír
sonoros ecos lejanos
Solo necesito silencio,
su voz, sus risas, sus pasos.
Y recordar su mirada,
y recordar sus abrazos
su voz, sus risas, sus pasos.
Y recordar su mirada,
y recordar sus abrazos
Solo necesito silencio,
esperar desesperado.
Cubrir su caja con tierra
y morirme en el pasado.
esperar desesperado.
Cubrir su caja con tierra
y morirme en el pasado.
La
espera
sentado en la roca dura y fría,
con mis pies en la húmeda arena,
desconsolado mi corazón latía.
desesperado, esperé noche y día
que a la luz de la luna llena
tu mirada se cruzara con la mía.
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